Esta vez quiero contarles un poco sobre cómo elegir la mochila adecuada, de acuerdo a la experiencia que me tocó a mí. Cuando yo empecé a meterme en el mundo del trekking (allá por el año 2003-2004) había muy pocas opciones de mochilas. En los últimos años, gracias a que se popularizó un poco más salir a la naturaleza, están llegando al país más marcas de las cuales podemos elegir. Y las marcas que ya existían, fueron evolucionando en sus diseños para hacerlos cada vez más confortables.

Como todo equipamiento, para cada actividad hay un modelo de mochila que es el “más ideal”, que se adapta bien a lo que queremos hacer. Hay mochilas para escalada, para carrera de aventuras, para trekkings de varios días y para trekkings de 1 día. Hablemos de las mochilas para trekking de varios días (o travesías, como quieras llamarle).
Verás en el mercado que hay mochilas de 50 hasta 90 litros (o incluso más). A su vez algunos modelos vienen en diferentes talles, es decir diferentes longitudes del espaldar. Y seguramente pensás: cual compro?? Empezás a hacer una lista mentalmente, a grosso modo, de todo lo que llevarías y te das cuenta que tendrías que comprarte la mochila más grande para que te entre todo. Error. Por experiencia personal pienso que lo primero a tener en cuenta antes de comprar una mochi es tu contextura física y cuánto peso podrías cargar. En mi caso, soy una mujer de estatura más bien baja y peso unos 50 kilos. Se supone que uno no debería cargar más del 15% de su peso, o sea máximo 7,5 Kg. Imposible. Mis mochilas siempre rondan los 10 Kg. Además se dice que la mochila, una vez colocada en tu espalda, no debería sobrepasar tu cabeza. Ahí es cuando te das cuenta que las mochilas de 80-90 litros es como llevar un casa, que si la llenas toda no la podrías levantar porque estaríamos hablando de una mochi que pesaría unos 20 Kg o más. La clave está en elegir la que se adapte bien al tamaño de nuestra espalda, sin que “sobre” por los costados ni por encima de nuestra cabeza. Si sos de contextura chica, es mejor buscar los modelos delgados, sabiendo que vas a tener que seleccionar con precisión lo que vas a poder llevar. En ese caso recomiendo mochilas de no más de 70 litros (ojo, una mochi de 70 litros, llena hasta el tope, puede pesar unos 15 Kg tranquilamente). Si sos de contextura grande por ahí podes probar una mochila de más de 70 litros. También tengan en cuenta que, cuanto más grande es la mochila, más material tiene, por ende es más pesada.
Una vez que ya sabemos qué capacidad de mochila nos conviene, tenemos que tener en cuenta ciertas cuestiones técnicas que serán de utilidad y que van a variar según la marca:
- Espaldar: debe ser rígido, acolchado y debe poderse ajustar al largo de cada espalda. Por eso algunas marcas presentan diferentes talles. A modo de ejemplo cito la mochila Cerro Torre de Lowe Alpine 65-85 L. La misma presenta dos longitudes de espalda: la regular entre 43-56 cm, y la grande entre 48-61 cm. Algunas marcas incluso ofrecen formatos de espaldares más respirables.
- Apoyo lumbar y riñonera con buen acolchado. El 80% de todo el peso de la mochila recae en esa parte. Si no está bien acolchado van a sufrir nuestras caderas. Los sistemas de ajuste de la riñonera y las hebillas varían según la marca. Hay cintas que son más suaves al taco y “corren” mejor por la hebilla cuando se ajustan. Prefiero esas.
- Cintas de compresión laterales. Totalmente necesarias para llevar aquellas cosas abultadas que no entran en la mochi, como por ejemplo el aislante. Hombreras: deben tener algo de acolchado, pero el peso principal no recae en ellas. (el 20% restante del peso) Actualmente hay marcas que ofrecen modelos para mujer. La diferencia radica en que tienen un formato que “esquiva” nuestras bubis y pueden resultar un poco más cómodas. Hay mochilas que permite el ajuste en altura de las hombreras, para adecuar según la estatura del usuario. (“Talle” regulable)
- Cintas porta-piquetas o porta-bastones: muy prácticas a la hora de cruzar por ejemplo pasarelas precarias en las cuales debemos guardar los bastones para tener las manos libres.
- Bolsillos laterales amplios: muy útiles para guardar por ejemplo el envase con agua siempre a mano sin tener que estar abriendo y cerrando la mochila todo el tiempo.
- La tapa de la mochila: en algunos modelos la tapa se puede quitar, no está fija en la mochila. Esto me parece muy útil cuando desde un campamento base hacemos salidas diarias cortas. Podemos desmontar la tapa y llevarla como pequeña riñonera para el agua y el snack. Asi no tendremos que cargar con una segunda mochilita para estos casos. No es algo super necesario, pero si lo tiene, mejor.
- Protector para lluvia: Actualmente creo que todos los modelos lo traen. Super necesario ya que las telas de las mochilas son muy resistentes pero no son impermeables.
- Accesos: además del acceso superior, muchas marcas ofrecen accesos laterales o frontales, muy útiles para tener todo a mano.
Ya hilando más fino, hay modelos que tienen un espacio interno para poner un camel bag.
Además del asa superior, algunas tienen 2 asas superiores que aportan comodidad a la hora de mover la mochi.
Para viajes en avión se pueden agregar cubre mochilas que no solo protegen el material, sino que evitan que alguna de nuestras pertenencias sean sustraídas “accidentalmente”. Son como una gran funda con cierre y se les puede poner candadito.

Con las tecnologías actuales, las mochilas son cada vez más resistentes y sus materiales cada vez más livianos. Se van a mojar, se van a embarrar, a veces pueden caer de barrancos o salir nadando en algún río. Pero lo que me enseñaron en los cursos de trekking que fui tomando, es a cuidar la hebilla de la riñonera (lumbar). En general no llevamos repuesto de ninguna hebilla y nunca pensamos que se pueden llegar a romper. Son durables, pero si dejamos la mochila en el piso con las hebillas en el suelo, alguien las puede pisar y ahí sí que se quiebran. Y ese puede ser el final de nuestro recorrido, ya que llevar una mochila de 10 Kg o más cargada sobre nuestros hombros, puede ser doloroso. Entonces consejo de oro: cuando nos sacamos la mochila conviene siempre cerrar las hebillas y que no queden apoyadas en el piso.
Creo que no me olvido de nada. Pero siempre quedo atenta a los comentarios de ustedes que puedan aportar más información.